Psicología del Niño.
Artículo 1. La sobreprotección en la niñez.
La niñez es la etapa del desarrollo humano que abarca desde el nacimiento hasta la entrada a la pubertad o adolescencia, momento que puede variar entre los 12 y 13 años según el individuo.
La sobreprotección es uno de los errores más comunes cometidos en la educación de nuestros hijos hoy día. Algunos padres tratan de evitar que los niños y las niñas hagan sus deberes y responsabilidades las cuales son propias de su fase de desarrollo. Existe falsa la creencia de que sobreprotegiendo les brindaran una niñez más fácil, feliz y sin riesgos. Esta actitud de los padres provoca que el niño o la niña no se puedan desenvolver con normalidad en tareas cotidianas.
Hay que aclarar que protección y sobreprotección no es lo mismo: la protección hacia nuestros niños y nuestras niñas es algo vital para el buen crecimiento de ellos, los padres por instintos cuidan y suplen todas sus necesidades afectivas y físicas; cuando esto no sucede entonces, los padres caen en negligencia. Los padres están llamados a brindarle todo el afecto y cariño, además, garantizar el cuidado y atención. Por otro lado, la sobreprotección tiene una consecuencia y efecto limitante para la propia autonomía de los hijos y las hijas.
Cuando los padres sobreprotegen a sus hijos, estos en principio siente seguridad, comodidad y protección de manera consciente las acepta, pero internamente esto le va provocando al niño y a la niña un proceso de rebeldía, pérdida de autonomía y baja autoestima. Los hijos necesitan sentirse queridos y cuidados por sus padres para que tenga un buen desarrollo emocional, pero si se le dan cuidados al exceso, se le perjudica más que beneficio. Los padres deben dejar que los hijos y las hijas evolucionen y no querer sobreprotegerlos de todo, convirtiéndolos en el centro de todas las atenciones. Esto puede provocar que estos crezcan con sentimientos de egocentrismo y narcisismo.
Consecuencias de la sobreprotección en nuestros hijos:
check Problemas de autoestima, una tendencia a tener autoestima baja. check Manejo de frustración, cuando no logran ser el centro de atención tienden a frustrarse. check Problemas sociales, presentan serias dificultades para relacionarse con sus iguales.
Recomendación para evitar la sobreprotección de los hijos:
check Dejar que tomen decisiones y vivan las consecuencias de sus actos. check Confían en su capacidad. check Recordar que los niños son felices cuando superan retos. check Fomentar poco a poco su autonomía.
Criar positivamente es un asunto compartido!!
Artículo 2. “Acoso escolar cosas de muchachos”
El acoso escolar o bullying es toda forma de comportamiento agresivo, planificado, persistente y continuo cuyo objeto es provocar el malestar en quien lo padece.
Reconocer cuando un niño ocupa la posición de acosado es el reto de todo adulto, los padres y maestros deben saber identificarlo; ver las señales, ejemplo cuando no desean ir a la escuela por recibir burlas, se le pregunta por los amiguitos y no dan señales de que no tienen red de apoyo de iguales, prefieren estar aislados, han perdido del interés en actividades académicas. Las víctimas de acoso escolar viven un mundo aparte en donde se perciben como los débiles y a sus acosadores como los fuertes.
Se hace necesario para el adulto el no minimizar, cuando se descubre una situación de acoso, nunca normalizar las conductas de acoso como si todo el mundo pasara por eso, no restarle importancia, garantizar que se tomaran sanciones para quienes ejercen acoso, es necesario que las víctimas se sientan apoyadas, respetadas y orientadas, nunca revictimizar, pues alimentaria desregulaciones emocionales.
En el hogar se pueden dar algunos factores de riesgos que pueden influenciar esta práctica con modelos disciplinarios severos o estilos de crianzas permisivos en donde se forman a niños y niñas incapaces de reconocer la importancia de las normas de convivencias. Cuando los padres no han logrado superar procesos no normativos como la violencia bien puede reforzar con sus patrones no saludables a los hijos. No culpabilizar, ni reforzar el miedo y la indefensión ante situaciones de acoso. Los padres deben ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades que confronten de forma saludable a sus hijos y que genere un comportamiento sano.