¡Contáctanos para conocer más!

Pautas y recomendaciones sobre la importancia de la evaluación de personalidad en jóvenes con problemas de conducta.

Todas las personas poseen cualidades o rasgos de personalidad que permanecen estables en el tiempo y que pueden describirlos como introvertidos o extrovertidos, tímido o atrevido, reservada o comunicativa. La personalidad puede definirse como patrones de conductas característicos relativamente estables en el individuo y que determinan la manera en la que se percibe a sí mismo y a su entorno, así como también la manera de vincularse con los demás y los estilos de afrontamientos que manifieste ante los desafíos vitales que se presenten a lo largo de la vida.

Durante la niñez y la adolescencia la personalidad está aún en proceso de desarrollo y se ve influenciada por varios factores como la herencia y el ambiente a través del aprendizaje de las experiencias tempranas y los eventos de la vida posterior.



Es también en las primeras etapas del desarrollo humano donde pueden aparecer los trastornos de conducta, los padres o tutores pueden observar comportamientos erráticos en los hijos como la dificultad para seguir las normas, rompiendo las reglas con frecuencia e irrespetando los derechos de los demás, mintiendo, con actitudes hostiles, crueles y destructivas hacia otras personas, objetos o hacia los animales.

Si los padres o tutores han acudido a un especialista de la conducta para tratar el comportamiento del adolescente es probable que dentro del proceso de evaluación psicológica se incluya una valoración de la personalidad.

A continuación, ofrecemos algunas pautas y recomendaciones sobre la importancia de la valoración de la personalidad en jóvenes con problemas de conductas:

Una evaluación a tiempo garantiza un buen proceso.

Rosmery Salcedo Martínez
Psicóloga clínica, terapeuta familiar, técnica en psicometría