Pautas y recomendaciones sobre la importancia de la evaluación de personalidad en jóvenes con problemas de conducta.
Todas las personas poseen cualidades o rasgos de personalidad que permanecen estables en el tiempo y que pueden describirlos como introvertidos o extrovertidos, tímido o atrevido, reservada o comunicativa. La personalidad puede definirse como patrones de conductas característicos relativamente estables en el individuo y que determinan la manera en la que se percibe a sí mismo y a su entorno, así como también la manera de vincularse con los demás y los estilos de afrontamientos que manifieste ante los desafíos vitales que se presenten a lo largo de la vida.
Durante la niñez y la adolescencia la personalidad está aún en proceso de desarrollo y se ve influenciada por varios factores como la herencia y el ambiente a través del aprendizaje de las experiencias tempranas y los eventos de la vida posterior.
Es también en las primeras etapas del desarrollo humano donde pueden aparecer los trastornos de conducta, los padres o tutores pueden observar comportamientos erráticos en los hijos como la dificultad para seguir las normas, rompiendo las reglas con frecuencia e irrespetando los derechos de los demás, mintiendo, con actitudes hostiles, crueles y destructivas hacia otras personas, objetos o hacia los animales.
Si los padres o tutores han acudido a un especialista de la conducta para tratar el comportamiento del adolescente es probable que dentro del proceso de evaluación psicológica se incluya una valoración de la personalidad.
A continuación, ofrecemos algunas pautas y recomendaciones sobre la importancia de la valoración de la personalidad en jóvenes con problemas de conductas:
- • La valoración de la personalidad permite tener información objetiva sobre la forma de ser del evaluado, evitando el estigma y los juicios de valor tales como “mala conducta”, “es un problemático”, entre otros.
- • Conocer los rasgos y estilos de personalidad ayuda al psicólogo a crear un plan de intervención terapéutico que permita atenuar las características desadaptativas de la personalidad y a reforzar las cualidades adaptativas de la misma, por lo que esto ayuda al joven a tener un mejor ajuste en su entorno.
- • Es importante que los padres o tutores incluyan al joven en la decisión de ir al psicólogo, motivándolo y evitando mentirle u obligarle, de ésta manera se evita que el joven muestre resistencia.
Una evaluación a tiempo garantiza un buen proceso.
Rosmery Salcedo Martínez
Psicóloga clínica, terapeuta familiar, técnica en psicometría