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Estado de emergencia por coronavirus:
Ir a los hogares, pero con una buena actitud.

Ir a nuestros hogares ha sido la primera y más valiosa recomendación para prevenir el contagio del coronavirus. Sabemos que el contagio de este virus podría ser mortal, y ha sido levantada una alerta mundial ante las miles de muertes ya reportadas.

No son pocas las personas que observan la idea de guarecerse en sus hogares dentro de la “cuarentena” decretada, como una idea catastrófica que levanta en ellos imágenes aterradoras por un sinnúmero de interrogantes que se abren, entre ellas:

¿Qué va a pasar con mi producción económica? ¿En qué voy a invertir tanto tiempo? ¿Cómo me voy a sentir compartiendo con mis hijos, esposa, y ellos conmigo?

Todas estas preguntas pueden ser respondidas de forma técnica y didáctica, solo que antes de llegar a ese punto, es mejor mediar con la creación de una actitud positiva, que una vez creada facilitará nuestra permanencia en los hogares. Para el logro de esa actitud sugiero las siguientes acciones:

1. Pensar que nuestra permanencia en los hogares no representa un enclaustramiento o presidio, sino más bien una inversión que hacemos en favor de la prevención del contagio. La forma como pensamos cambia la forma sobre cómo nos sentimos, sobre todo ante situaciones adversas como esta que estamos padeciendo.

2. Ponderar que ir hacia nuestros hogares representa una gran oportunidad de disfrutar aquello que no podemos cuando estamos fuera de ellos.

3. Revalorizar a nuestros familiares. Durante los días normales, son muchas las tareas que debemos cumplir en el ámbito extrafamiliar. Hay familiares que debido a esto entran en un proceso de desvinculación, involuntario que los lleva a dejar de valorar una serie de cualidades que son apreciables en sus seres queridos. La coyuntura actual permite recuperar algo de esas buenas memorias para reinvindicar el afecto.

4. Pensar que nuestra identidad y principales compromisos provienen de nuestras familias. Por ellos en gran parte nos esforzamos y luchamos con los retos de la vida. Ahora lo haremos junto con ellos ante la adversa situación que vivimos por razones sanitarias; es una gran oportunidad de reagruparnos en torno a un buen número de objetivos comunes.

5. Lograr sanar las heridas que han quedado como resultado de los conflictos del pasado. Esta iniciativa permitirá la creación de un ambiente familiar matizado de elementos positivos para vivir en el hogar. En caso de que no se puedan superar los conflictos, por lo menos es recomendable no empeorarlos. Ya después de superada la crisis sanitaria volveremos sobre ellos.

Por Luis Vergés
Psicólogo clínico y terapeuta familiar